Alfonso Ruiz, nuestro director se jubila.

Una carta para el director.

Hace 60 años Soria vio nacer a Alfonso , desde hace más de 30 años La Rioja acogió a nuestro director que hoy homenajeamos

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A lo largo de los años Alfonso ha ido quemando etapas, de las primeras como alumno en su ciudad natal -no hay constancia de ello-, han pasado muchos años y Numancia aún existía como enclave celtíbero. Y entre otras de lo que sí estamos seguros, es que estudió magisterio dedicándose en cuerpo y alma a la docencia. Otros momentos hubo antes de aterrizar en el Obispo, pero en todos ellos, el vínculo común era la escuela.

Tuvo varios destinos como docente en varias ciudades, pero al final se estableció en Logroño, -seguro que para él fue hace dos días-, pero durante todo este tiempo transcurrido, más de tres décadas, ha formado dos familias: la suya y la educativa. Y aunque en ocasiones tenía que unirlas, nunca estuvieron reñidas. Si no que pregunten a sus hijos las horas que pasaron esperando en el cole a que saliera su padre.

Alfonso es y será el director del centro, siempre implicado en su trabajo, buscando lo mejor para el cole, para el alumnado, para los padres, para los “profes”, para toda la comunidad educativa. Cuenta la leyenda que hubo un tiempo en el que en el colegio no había ordenadores, pero la perseverancia de Alfonso hizo que se llegase a montar la primera sala de informática. Buscó ayuda en el AMPA, también tuvo que rascar los bolsillos a las cuentas del colegio y si hubiera sido necesario, habría comprado boletos en los que regalasen ordenadores.

¡Qué difícil es ser director! Pero ¡qué fácil lo ha hecho Alfonso! perdón, quería decir: ¡qué fácil nos lo ha hecho Alfonso!

En estas casi tres décadas de director ha visto pasar a muchos maestros: los que van entrando en la profesión, los que salieron jubilados, incluso, uno de ellos que aún continúa y que se resiste a pasar a la clase pasiva, pero una cosa nos une a todos y es la impronta de Alfonso.

En todo ese tiempo, no solo ha sido director, también ha sido MAESTRO, maestro de todo, menos de inglés, pero maestro. Maestro de conocimientos con los niños y niñas mayores del cole, maestro de los pequeños, maestro de aula, maestro de pasillo –preocupado por lo que pasa fuera de las clases-, maestro de patio –atento a la seguridad y diversión del alumnado-, maestro de Luis, de Juan, de Elsa, de Jimena con J y de Gimena con G, de Mohamed, de tantos, de una lista interminable de alumnos que fueron niños y que ahora vuelven como padres y dicen a sus hijos: “Alfonso también fue mi director”.

 

No quiero acabar sin olvidar que también es maestro de su pecera, maestro de sus peces.

Alfonso es y será respetado por padres, madres, abuelos y abuelas, siempre será una institución en el Obispo Blanco Nájera, sabemos que con él, siempre se puede contar. Válido para cualquier labor, lo mismo presenta una fiesta, sierra una puerta, como echa una mano a un director de otro centro. Alfonso es referente dentro y fuera del colegio.

Ya vamos acabando esta historia y como decía Lope de Vega a Violante, “que en mi vida me he visto en tanto aprieto”. Y así es, en nuestra vida nunca nos hemos visto en tal aprieto. Tu aventura pone fin, no demos rodeos, pero un fin de los felices, de los que deja a todos con ganas de más, con ilusión, con ganas de seguir tu legado, con lágrimas en los ojos, pero esperando que ahora seas el Director con mayúscula, el Director emérito del CEIP Obispo Blanco Nájera. Y si no es así, por lo menos el director cercano y querido.

Ahora empieza otra aventura en tu vida, en la que podrás recuperar aquellas horas invertidas y aprovechar el tiempo para cumplir los sueños que te quedan por vivir.

 

 

GRACIAS, simplemente GRACIAS.

 

 

 

 

Poesía elaborada por los alumnos de 6º de primaria.